Redacción
EU.-A diferencia de lo que muchos imaginan, una explosión nuclear fuera de la Tierra no se vería como en el cine; no habría nube de hongo, ni sonido, ni una gran onda expansiva.
Pero eso no significa que no sea peligrosa. Al contrario, podría tener efectos muy serios para la vida moderna en la Tierra, especialmente en tecnología, comunicaciones y satélites.
¿Por qué una bomba nuclear en el espacio no se ve como en la Tierra?
En nuestro planeta, cuando explota una bomba nuclear, la energía se libera en forma de calor, presión y una onda de choque, además de una nube en forma de hongo muy visible. Todo eso ocurre porque hay atmósfera.
El aire es el que transmite el sonido, la presión y permite que la explosión se vea como un gran destello expandiéndose.
Pero en el espacio no hay aire. Eso significa que no puede haber sonido, ni una onda de choque como la conocemos. Tampoco se formaría la típica nube de hongo.
Lo que sí ocurre es que se libera una enorme cantidad de energía en forma de radiación electromagnética, como rayos gamma, rayos X y un pulso electromagnético (EMP).
Estas formas de energía viajan libremente por el vacío y pueden dañar seriamente todo lo que funcione con electrónica.
¿Qué es un pulso electromagnético y por qué es tan peligroso?
Un pulso electromagnético (EMP) es como una especie de explosión de energía invisible que se mueve a gran velocidad.
Cuando una bomba nuclear explota en el espacio, este EMP se expande en todas direcciones y puede dañar o destruir satélites, circuitos eléctricos y equipos electrónicos.
Por ejemplo, un EMP fuerte podría:
- Dejar fuera de servicio satélites que usamos para internet, GPS o televisión.
- Afectar redes eléctricas en la Tierra si la explosión ocurre cerca de nuestro planeta.
- Desactivar equipos militares, aviones o sistemas de navegación.
- Interrumpir comunicaciones globales durante horas o días.
Hoy dependemos más que nunca de la tecnología. Por eso, un EMP causado por una explosión nuclear en el espacio podría provocar un caos tecnológico importante.
¿Ha pasado alguna vez una explosión así en el espacio?
Sí. En 1962, durante la Guerra Fría, Estados Unidos hizo una prueba llamada Starfish Prime, en la que detonaron una bomba nuclear de 1.4 megatones a 400 kilómetros de altura, sobre el océano Pacífico.
El resultado sorprendió incluso a los científicos:
- Se generó una aurora artificial que se vio desde Hawái.
- Se dañaron varios satélites cercanos, que dejaron de funcionar poco después.
- El pulso electromagnético afectó redes eléctricas en Hawái, a más de 1,400 km del lugar de la detonación.
Este experimento demostró que una explosión nuclear en el espacio puede causar problemas a gran escala, incluso lejos del punto de la explosión.
¿Qué pasaría si algo así ocurriera hoy?
Hoy en día, usamos más satélites que nunca. Están, en casi todo, en navegación por GPS, clima, telecomunicaciones, transacciones bancarias y más. Una explosión nuclear fuera de la atmósfera dañaría seriamente ese ecosistema.
Entre los posibles efectos están:
- Pérdida de cobertura de servicios de internet o GPS en varias zonas del mundo.
- Interrupciones en vuelos o transporte marítimo por fallas en navegación.
- Daños en bancos, sistemas de pago y transacciones electrónicas.
- Chatarra espacial generada por la destrucción de satélites, lo que haría más peligroso lanzar nuevos cohetes o estaciones.
Además, esto violaría el Tratado del Espacio Exterior de 1967, que prohíbe el uso de armas nucleares en el espacio. Sería considerado un acto extremadamente agresivo a nivel internacional.
¿Hay alguna protección contra una bomba nuclear en el espacio?
Actualmente, las potencias espaciales como Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea vigilan la actividad en el espacio para detectar amenazas.
Sin embargo, no existe un escudo que proteja por completo contra los efectos de una explosión nuclear en órbita.
Algunos satélites militares están construidos con mayor resistencia, pero muchos de los que usamos a diario no están preparados para resistir una explosión de este tipo. Tampoco se cuenta con un sistema mundial de respuesta ante un EMP global.
Esto significa que el mejor “protector” por ahora es el acuerdo entre países para no llevar armas nucleares al espacio, y la vigilancia constante de los objetos en órbita.
Con información de Excélsior